miércoles, 18 de julio de 2007

Por qué me gusta Harry Potter



Harry Potter llegó a mi conocimiento gracias a Put 2 (en adelante simplemente “Put”) durante quinto año del secundario, mismo año en que leí “Cien años de soledad” por primera, segunda y tercera vez (obra maestra de la literatura si las hay!). Cuestión que un día Put me dijo: “Bren, tenés que leer Harry Potter. Te prometo que está bueno”. Y yo pensé: “¿Ese pibe de la escobita? ¿Un mago para chicos?” Pero…..ya Put me había recomendado el Señor de los Anillos, que me devoré un glorioso verano tirada al sol (otra obra maestra, diferente calibre tienen la pluma de Tolkien y García Márquez, pero igualmente trascendente).

Entonces Put me prestó el primer libro, tapa amarilla, dibujo patético en la tapa, Harry con su rostro de caricatura pelotudo. Y empecé a leer líneas de una simplicidad absoluta. Un cuento verdaderamente para chicos. “Seguí leyendo”, me dijo Put, “se pone bueno”. Evidentemente así fue. Otro libro que devoré. Otra secuencia de libros sin edad.

Ahora, si tengo que decir por qué me gusta, es por todos los motivos y por ninguno. Es como todo. Es esa conexión inexplicable. ¿Por qué queremos a alguien? Son cualidades, historias, lazos que se crean, y a la vez un elemento invisible, inefable, que está ahí y nos hace querer sin condición. Lo mismo los libros, supongo. Nuestro afecto hacia ellos no solamente está relacionado con el talento del escritor. Hay una condición inexplicable que nos une a una historia, porque nos identificamos, porque nos conmueve, porque vemos en ella lo que quisiéramos ser, lo que fuimos, o parte de lo que somos.

Harry Potter es una historia de ficción, pero qué es la ficción sino otro modo de enmascarar la realidad. Se parece un poco a la ironía. Decir las cosas que pensamos verdaderamente, pero en tono de chiste. Contar historias que no son verdaderas, pero exponen los miedos, pasiones, problemas, desencantos, ideales del mundo más real que podemos conocer.

Si uno ahonda más en la historia, hasta podríamos decir que es filosófica, y por qué no, metafísica. Igual aquí ya peco de delirante, y todos me dicen que invento cosas. Puede ser. Pero vean esto. Yo encuentro algo de la filosofía de Hermann Hesse en la historia del mago reivindicador. Hesse decía que la persona no es un yo, sino muchos yo’s, y estos están en constante conflicto. No todos mis yo’s son buenos, y no está mal que así sea. Esto me permite una lucha interior, y una mayor riqueza a la hora de elegir. Ahora bien, Voldemort es la esencia del mal, a la que Harry debe derrotar. "No hay lugar en el mundo para los dos" dice la profecía. Aún así, están inextricablemente interconectados. Hay algo de Voldemort en Harry y hay algo de Harry en Voldemort.
Hay una frase de la película que me parece espectacular: “We all have light and dark within us. What matters is which part we decide to act on. That is what makes us who we are.” Y aquí aparece Albert Camus, y también Jean Paul Sartre, aunque contradictorias sean sus teorías. Las contradicciones siempre me parecieron efímeras y superficiales. Todo se une al final. Todo es una sola cosa. Hay mal en el mundo, y hay que luchar para destruirlo, en nombre del bien. Luchar por el bien no es tarea fácil y es muy probable que perdamos, pero debemos seguir luchando. Harry pierde a sus padres, a su padrino (la única familia que le quedaba, su única conexión con el pasado que nunca conoció), luego pierde a su mentor, y sigue luchando por el bien. No es fácil la lucha, pero vale la pena.
¿Y Sartre? Bueno, está presente con sus controversiales declaraciones sobre la elección. No hay nada predeterminado. Uno nace con una serie de habilidades y una serie de circunstancias. Las unimos, y tenemos que elegir. “Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos mucho más que nuestras habilidades.”, le dice Dumbledore a Harry. No hay tutía. No hay naturaleza divina y fija que justifique nuestros actos. Es una elección personal, circunstancia por circunstancia, y tenemos completa responsabilidad. Voldemort y Harry tienen habilidades similares, dado que ambos hablan pársel y ambos han tenido un desempeño sobresaliente en las artes oscuras. Asimismo, se desenvuelven en circunstancias similares: ambos tienen la capacidad y la oportunidad de adueñarse del lado oscuro y dominarlo. Sin embargo, Harry se niega rotundamente en nombre de los valores que dictaminan lo que es el bien. ¿Muy agarrada de los pelos la teoría? En fin, yo veo pequeñas ideas de grandes autores en partes del libro, de la película, de la historia. En fin, como dice Put: “Bren, vos ves política en todos lados”. Yo deliro. ¿Dónde está la diversión sino?

Por otro lado, la historia toca mucho el tema de las pérdidas, y de cómo nos marcan. No debemos paralizarnos ante la pérdida y atrincherarnos, sino tomar lo aprendido para ser mejores personas, y seguir luchando por lo que creemos es correcto. Asimismo, nos enseña que la vida es injusta, que no tiene que ser justa, y que aunque luchemos contra la injusticia, habrá injusticia igual, pero la lucha, aún perdida, no es vana. Sin estos ideales, poco nos queda que valga la pena. Para concluir, creo que el film es transversal a muchos temas, en un renovado estilo K que aboga por el bien.

Una cosa más: un mensaje re lindo que me dejó esta película, que está llena de mensajes lindos en el fondo, aunque puedan parecer oscuros en la superficie, y es que lo oscuro puede ser bello también. En fin, tiene tantos mensajes que considero profundos que ahí estaba yo, en medio de la sala del Cinemark de Puerto Madero, cuadernito anillado sobre el regazo, lapicera en mano, y cuando Sirius daba un consejo a Harry, Put lo anotaba en la oscuridad, sin sacar los ojos de la pantalla, y poniendo su concentración tanto en no perder la escena que seguía, pero sin olvidar la frase que escribía a ciegas. Esas frases calan hondo y perduran….let’s hope! En fin, hay una frase, también pronunciada por el sabio de Dumbledore, que es lo más en el mundo después de Sirius que lo quiere a Harry como el hijo que nunca tuvo. Cuestión que en la primera película de Harry Potter, Harry descubre un espejo que te transporta a revivir el deseo más soñado, el que te haga más feliz en la vida, y él se ve reflejado en compañía de sus padres, y pasa el tiempo y no quiere apartarse de ese recuerdo. Entonces Dumbledore le dice: “It does not do to dwell on dreams, and forget about living”. Re lindo, no? Es casi como el I Ching, el noble persevera, no hay tacha, bla bla. Un poco de comedia, pero en el fondo, no es fácil seguir esa instrucción, y es tan necesaria para no dejar que los días pasen sin más.

Eso es todo muchachos, un poco de delirio místico mezclado con una pizca de melancolía juvenil, que no deja escapar un gramo de esperanza y lo último que se pierde es el humor.

Como siempre un placer.

Ilsa